El Bicho no hizo un buen encuentro, pero a esta altura de las circunstancias lo único que le importaba era ganar y lo consiguió. Encontró la victoria a 13 minutos del final, gracias a una excelente maniobra de Niell, quien desbordó por la punta izquierda, metió el centro atrás en el momento justo para que Vargas sólo tuviera que empujar la pelota al fondo de la red.
Fue un partido pobre por culpa de Argentinos y Banfield, dado que ninguno tuvo la rebeldía para cambiar el trámite. Se prestaron la pelota, lucharon mucho en la mitad de la cancha y abusaron de los pelotazos. Por momentos, el juego fue ordinario. Ni siquiera Erviti, quien siempre aporta destellos de su talento, logró escaparle a la mediocridad.
El Taladro dejó una imagen poco frecuente. Es cierto que no tuvo fisuras defensivas, como suele suceder, pero careció de ideas para lastimar a su adversario y casi no generó peligro. La mala tarde le costó el invicto al conjunto del sur del Gran Buenos Aires, que dejó pasar la oportunidad de acercarse a la punta.
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